Una de mis cosas favoritas de la producción musical es hacer los arreglos, o escribir las partes para que toquen los instrumentos. Una de las cosas más importantes que he aprendido sobre hacer los arreglos es dejar espacio. Me gustan mucho las canciones que tienen muchas partes, y cada parte tiene un propósito específico. Solía escribir partes llenas para cada instrumento, pero eso llevó a una mezcla concurrida. Con el transcurso del tiempo, aprendí que está bien si una guitarra no toca por algunos compases o un piano sólo toca en el coro y no en las estrofas. Cada parte necesita tener un propósito y una función. A veces, escribo una canción en el piano, y luego cuando estoy haciendo los arreglos, después de añadir más instrumentos, me doy cuenta de que la canción no necesita el piano porque es superfluo.

 

Una cosa en la que pensar es escribir partes que son pegajosas y memorables. Un buen ejemplo de esto es “Blue Monday” por New Order. La canción suena masiva con muy pocas partes, pero cada parte es un gancho. El bombo al inicio, seguido por el sintetizador, el coro, la guitarra “spaghetti western”, las cuerdas, y las voces. Notas cada parte y la aprecias cuando la escuchas porque todas las partes son pegajosas.

 

También, me gustan las partes que suenan pocas veces. Por ejemplo, en la canción “Love Is Like A Butterfly” por Dolly Parton, hay una parte cromático de piano en cascada que sólo suena dos veces en cada estrofa, y nada más. Otro ejemplo es la canción “This Guy’s in Love with You” por Herb Alpert & The Tijuana Brass. La canción comienza con un piano eléctrico y el este piano termina después de sólo 4 compases. Si fuera yo quien hiciera el arreglo, estaría tentado de incluir ese piano en otras partes de la canción.

 

Mi aprendizaje es practicar de restricción cuando hago los arreglos y ser intencional con cada parte que incluyo. ¿Cada parte es compatible con la canción? ¿La parte debe destacarse y ser escuchada, o debe ser superpuesta como textura en el fondo? Si silencio la parte, ¿me la pierdo?